Todo empezó en la ciudad donde empiezan las grandes historias: ¡Londres! Fran llegó a Reino Unido en 2020 para hacer su doctorado en biología. Joe se mudó dos años después como un brillante estudiante de máster con la ilusión de dejar el mundo mejor de lo que lo encontró. Ambos llegamos al país con un par de maletas (y unas cuantas cajas en el caso de Fran...), dejando a nuestra familia y amigos en nuestro hogar, pero con el sueño de construir algo en este nuevo lugar que fuera únicamente nuestro. Y casi por casualidad nuestros sueños pronto se convertirían en una realidad compartida.

 

Los inviernos en Londres son fríos y muy oscuros, así que muchos recurrimos a la mejor solución para buscar compañía: conocer gente a la antigua usanza, es decir, en Tinder. Fran fue el primero en escribir a Joe, y tras unos cuantos mensajes, nos conocimos por primera vez en The Cocktail Trading Co. en Shoreditch, al este de la ciudad. Hablamos durante horas y desde esa tarde somos inseparables.

 

Durante los últimos tres años, nuestra relación ha sido la aventura de nuestras vidas. Hemos viajado por todo el mundo, probado la comida más rica de Londres, visto los espectáculos y conciertos más emocionantes e incluso nos hemos mudado juntos a nuestro primer piso. No solo hemos conocido a nuestras familias y amigos, sino que cada uno los ha aceptado como los suyos propios.

 

Nuestro compromiso empezó durante nuestro viaje a París, cuando Fran llevó a Joe a un rincón tranquilo de los Jardines del Palacio de Versalles y le pidió matrimonio. Joe dijo: "¡Por supuesto!". Pero Fran no sabía que Joe tenía su propia propuesta planeada en una góndola en Venecia tan solo un mes después. Lo mejor es que no tuvimos que esperar mucho para celebrarlo. El 14 de junio de 2025 sellamos oficialmente nuestra unión civil en Shadwell, el barrio donde vivía Fran cuando nos conocimos y donde creamos nuestros primeros recuerdos juntos.

 

Ahora estamos encantados de celebrar nuestra historia de amor con todos vosotros en el lugar que ambos coincidimos en que es la verdadera ciudad del amor: ¡Madrid!